Programa Cambio de vida y Rehabilitación

Nuestra mirada se centra en las personas sin hogar, sin techo y en exclusión social, migrantes y/o comunitarios o no, aun con problemas de consumo abusivo de sustancias. Ellos, como personas con una vida destruida,  son los destinatarios de nuestro empeño.

Nuestra convicción afirma que para reconstruir la vida que ha terminado en la calle, es necesario un Proceso de cambio de vida que la rehabilite, y para ello el mejor marco es aquel que se asemeja a una familia, donde se produce el crecimiento de sus miembros.

Nuestra meta es conseguir que la persona, llegue a ser:

  • Responsable con su Proyecto de vida construido sobre valores.
  • con un nivel de madurez que le permita tomar decisiones con criterios adecuados.
  • Capaz de relaciones humanas constructivas
  • Reconciliada con su historia personal
  • Capacitada para una vida autónoma en todos los aspectos de la vida, tanto en lo material como en lo personal.
  • Con capacidad de disfrute positivo
  • Capaz de resolver y asimilar conflictos y situaciones difíciles
  • Capaz de identificar y gestionar sus sentimientos.

Nuestras herramientas más importantes para realizar este proceso son las propias personas, en convivencia estrecha, donde trabajar todos los aspectos anteriores. Para ello:

  • Contamos con un hogar con sentido de familia, es decir:
    • interdependencia, preocupación mutua,
    • donde se comparte lo que hay y el trabajo, las preocupaciones, los logros, los sacrificios, etc.
    • Donde el cariño sea patente y motivador,
    • donde las relaciones sean desde la honestidad, el esfuerzo por resolver las situaciones difíciles e incómodas,
    • donde se acepten las limitaciones de los otros y se potencien las capacidades,
    • donde el diálogo habrá paso a la claridad y a la verdad de cada uno, sin herir ni renunciar a ella,
    • donde el respeto a la diversidad haga posible la convivencia,
    • donde su pueda pedir y dar ayuda,
    • donde los sentimientos de cada uno son tenidos en cuenta,
    • donde se aprende a renunciar en bien de los otros,
    • donde se valora lo que se tiene y lo que se es por encima de modas, caprichos, prejuicios o egoísmos,
    • donde se fomenta la alegría y la vitalidad,

 

  • Dentro de este Hogar, hay una Estructura básica que se construye con un entramado de responsabilidades, que se concretan en tareas y que se pueden evaluar objetivamente, expresando la implicación y exigencia, la preocupación y entrega o no de cada uno al bien propio y de los demás, lo que supone un criterio claro para ver el proceso de crecimiento.

 

  • Contamos al mismo tiempo con otros elementos de ayuda, como son:
    • Actividades lúdicas, deporte, de ocio y tiempo libre, donde aprender a utilizar ese tiempo  y los propios gustos y capacidades, conocer lugares, etc.
    • Actividades formativas en lenguaje, informática, matemáticas
    • Talleres de habilidades sociales
    • Talleres sobre sentimientos, mundo interior, afectividad, etc.
    • Grupos de autoayuda
    • Reuniones de familia
    • Taller de debate
    • Un programa de formación laboral en tres ámbitos especialmente:
      • Cocina
      • Albañilería, pintura, reformas y mantenimiento.
      • Jardinería y agricultura.
    • Inicio de estudios reglados (E.S.A.; F.P., ETC)

El camino no es fácil, y a veces largo, pero lo importante es ir superando metas cortas, pequeños logros dentro de este proyecto global que intenta enseñar de nuevo a vivir a quien viene con una historia de rupturas, pérdidas, destrucción y hundimiento. Por eso es muy importante potenciar y valorar los pequeños cambios, motivando y estimulando hacia adelante, compaginándolo con la exigencia según sus potencialidades.

Según se van alcanzando metas, crece la autonomía y la persona va recuperando cosas que aun habiéndolas tenido no las supo valorar o utilizar, como una mayor libertad que consiste en autonomía responsable, concretada en el uso de bienes, tiempo, poder salir sólo a realizar gestiones, establecer nuevas relaciones, etc… Y de esta forma ir creando su propio espacio fuera del hogar, aun sin perder la relación con él, pues quien va avanzando se convierte en un referente para los que vienen detrás haciendo el mismo recorrido.

Según se van alcanzando metas, crece la autonomía y la persona va recuperando cosas que aun habiéndolas tenido no las supo valorar o utilizar, como  una mayor libertad que consiste en autonomía responsable, concretada en el uso de bienes, tiempo, poder salir sólo a realizar gestiones, establecer nuevas relaciones, etc…. Y de esta forma ir creando su propio espacio fuera del hogar, aun sin perder la relación con él, pues quien va avanzando se convierte en un referente para los que vienen detrás haciendo el mismo camino.

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