La humanidad debería estar sorprendida por la cercanía de Dios. Nos ha buscado desde dentro de la historia, para mostrarnos con rostro de niño que donde está Él, no hay miedo, sino ternura, manos tendidas buscando un abrazo que acoja también a todos los demás… sólo un niño es capaz de hacernos hermanos y guardar las palabras y las miradas duras.
Déjate sorprender, acoger, y hermanar.
Feliz Navidad.
Que Dios te bendiga.